A lo largo de la historia siempre hay personas que se encargan de abrir el camino a los demás. Son quienes a través de la perseverancia y el esfuerzo han logrado innovar hasta ser los pioneros en áreas específicas. Con esto en mente, vale la pena hablar acerca del primer médico en la historia de Guatemala.
El estudio de la salud ha existido desde el inicio de los tiempos. En la Antigua Grecia surgieron los primeros que se enfocaron en el análisis del cuerpo humano y las enfermedades que eran más comunes en esa época. Aunque tuvieron que transcurrir varios siglos hasta que la actividad se profesionalizó.
El primer médico de Guatemala
Ahora bien, hay un nombre que todos deben conocer y es el de José Felipe Flores. Nació en 1751 y como parte de su legado es reconocido como el pionero de la Medicina en toda Centroamérica.
Estudió en la Real y Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo y tuvo el honor de ser el primero en Guatemala en recibir el diploma de médico. De hecho, en 1781 llegó a ser doctor en el Hospital San Juan de Dios y encargado de la Cátedra Prima en la Facultad de Medicina de la Universidad.
Sumado a lo anterior, Flores es considerado el padre de la educación médica en Guatemala y América Central. Fue un eminente catedrático de la Universidad, en donde estuvo a cargo de la Cátedra Prima de Medicina.
Una de sus pasiones era la Anatomía y la docencia, por lo tanto promovió las disecciones y construyó sus propios modelos de cera para las demostraciones a los estudiantes.
Por su parte, también hizo investigaciones que hoy son controvertidas pero en su momento fueron consideradas innovadoras. En 1782 publicó el folleto Específico nuevamente descubierto en el Reino de Guatemala para la curación radical del horrible mal del cangro. Fue un trabajo enfocado en tratamientos contra el cáncer.
En su investigación describía que el cáncer se podía curar comiendo albóndigas de lagartija. Este método llamó la atención aunque nunca pudo ser comprobado científicamente. El folleto incluso fue traducido al francés y alemán.
Otros doctores incomprendidos
Su historia es similar a la de otros médicos que fueron incomprendidos en su época. Tal es el caso del Dr. Ignaz Semmelweis, un húngaro de origen alemán quien es considerado como el primer impulsor del lavado de manos de la historia. Por su trabajo y aportación es catalogado como el creador de los procedimientos antisépticos y quien sugirió, por primera vez, un método para prevenir la propagación de gérmenes.
La literatura médica señala que en 1847 propuso el lavado de manos en la clínica en la que trabajaba en Viena. Aunque parezca difícil de comprender, hasta ese momento no era obligatorio que el personal sanitario practicara este tipo de medidas para realizar sus labores.